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Dátiles. Ricos en aspirina natural. Efecto laxante. Los dátiles, con una menor incidencia de ciertos tipos de cáncer, en particular el de páncreas.

Espárragos. Fuente de glutatión, un antioxidante con fuerte actividad anticancerosa.

Espinacas. Ocupa el primer lugar, junto con otras hortalizas de hojas verde, entre los alimentos preferidos de las personas que no sufren de cáncer. Fuente maravillosa de antioxidantes y antagonistas del cáncer, contiene 4 veces más betacaroteno y 3 veces más luteína que el brócoli, por ejemplo. Rica en fibra que ayuda a reducir el colesterol de la sangre. Rica en oxalato, no se recomienda para quienes sufren cálculos renales.

Frambuesas. Tiene actividad antiviral y anticancerosa. Es rica en aspirina natural.

Fresa. Tiene actividad antiviral y anticancerosa. Es el alimento preferido de quienes tienen las menores probabilidades de contraer cualquier tipo de cáncer.

Higos. Utilizados como remedio popular contra el cáncer. Se ha demostrado que tanto el extracto de higos como su compuesto benzaldehído reducen el tamaño de los tumores en seres humanos. Laxantes, anti ulcerativos, antibacterianos y antiparasitarios.

Jengibre. Tratamiento para las nauseas, vómitos, el dolor de cabeza, la congestión del pecho, el cólera, la gripe, la diarrea, el dolor de estomago, el reumatismo y las enfermedades nerviosas. Tiene efectos comprobados contra las nauseas y los mareos, iguales o mayores que los de drogas como la drama mina. Frena y previene la jaqueca y la osteoartritis. Alivia la artritis reumatoide. Efectos antiinflamatorios y antitromboticos. Actividad antidepresiva, anti diarreica y antioxidante. Ocupa un lugar preponderante en cuanto a la actividad anticancerosa.

Judías. (Leguminosas, entre ellas las judías rojas, negras, moteadas, blancas y las lentejas). Remedios potentes para reducir el colesterol. Media taza de judías cocidas al día reduce el colesterol en un promedio del 10%. Regulan los niveles de azúcar en la sangre. Excelente para los diabéticos. Asociadas con una menor incidencia de determinados tipos de cáncer. Muy ricas en fibra.

Judías de soja. Abundantes en actividad farmacológica. Ricas en hormonas, elevan los niveles de estrógeno en las mujeres postmenopausicas. Tienen actividad anticancerosa y se cree que combaten en especial el cáncer de seno y de próstata entre los japoneses. Las judías de soja son la fuente más rica en inhibidores potentes de las proteasas, los cuales son agentes anticancerosos y antivirales. Las judías de soja reducen el colesterol considerablemente. En animales, al parecer frenan y ayudan a disolver los cálculos renales.

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